lunes, 11 de marzo de 2019

Como si fuera para ti









“Haz esa bebida como si fuera para ti..”



Fue una oración que un no tan joven Adán Espinoza escuchó.







Para mi era nuevo el mundo de atención al cliente, a penas se me ocurrían algunas opciones para que mi cliente quede satisfecho. Entre pedidos y procesos comunes escuché esas palabras que me hicieron preguntarme.  ¿Como quisiera mi bebida? Obvio que bien presentada y súper atractiva.


Estar detrás de la vitrina me había convertido en una máquina industrial, hacia pedidos de acuerdo a receta hasta que esa oración despertó en mi lo que llamaría empatía consumista.


¿Por qué empatía?


Pues, me veía en los ojos del cliente cuando tomaba su vaso, su postre, su sandwich.
Sentía que era yo, quien apreciaba la belleza del producto, fue cuando ver la sonrisa y la aceptación del mismo me hacia sentir bien, de hecho es un regalo ver eso porque iluminaste el día de la persona y esta a ti.

Hay que verse reflejado en el cliente, en algún momento nos tocó y nos tocará estar en esa posición.


Una posición de espera, incertidumbre porque esperamos que nuestro pedido este hecho igual que la vez anterior que lo consumimos.



¿No se acuerdan cuando volvimos al mismo lugar porque encontramos algo especial y muy rico? Pues, si no lo volvemos a encontrar, tengan por seguro que la decepción podría hacer que no vuelvas nunca más.


Hagamos del trabajo, producto o servicio para el cliente, nuestra propia marca, como si fuera para ti.




viernes, 5 de octubre de 2018

Pregúntales cómo están, te lo agradecerán!

A donde quiera que voy, siempre encuentro colaboradores que dejan huella en mi por como se presentan o la marca personal que generan en el proceso de la experiencia de compra.

De hecho hay un universo de personalidades y gente con llegada nata al público. 

A mi parecer eso es bueno, porque nos sentimos bien atendidos, pero...  

¿A donde vamos con esta explicación? 

¿A quienes le decimos Hola, cómo estás de corazón?

Coincidimos que sólo a gente que es muy conocida nuestra, amigos o familia. ¿Verdad?

Seguro, pensarán que es perder el tiempo, es banal o no tiene importancia, pero aunque no crean esta pregunta genera un impacto inolvidable si ea frecuente en ellos,

Lo digo, por experiencia.

Hace unos minutos acabo de pagar por mi ingreso a los servicios higiénicos, veía como la gente ingresaba y salía (y de por medio ni un “gracias”, ni “una sonrisa”) me dió bastante pena por la gente porque es un placer enorme saludar o manifestar consideración por la presencia de las personas en su lugar de trabajo, sea en el mejor restaurante del mundo o como en este ejemplo, en los servicios higiénicos púclicos.

La colaboradora, estaba robotizada mirando a los ojos de cada persona que pasaba y ninguna le miraba, al punto que ella ya sólo miraba al vacío. Comprendo que el trabajo es individual y aburrido, pero no hay excusa para hacero diferente. Así fue como antes de cancelar e ingresar le dije, “Hola ¿Qué tal?” (con una sonrisa y mirándole fijamente”, les juro que su mirada cambió y volvió a creer que su trabajo es importante, tan importante para el humor de la gente que pasaba por allí. Al retirarme, agradecí por el servicio y respetando su trabajo, me dijo “A usted”. Me volví a dar cuenta y confirmar que no sólo se trata de ellos, me refiero a una buena atención, si no de nosotros también. De hacerles creer que lo que hacen tiene sentido y es verdad, tiene el mejor sentido del mundo porque a cada lugar que vamos sin un servidor o anfitrión sería triste. 

Sensación vital para el ser humano: 

Sentirse importante y útil.

Mejora el rendimiento y la dedicación en lo que hace. 

Por recomendación y convicción en las relaciones humanas, siendo específico cliente-colaborador, vale la pena robarle una sonrisa a ellos(as).

Recuerden:  “Pregúntales cómo están, ellos te lo agradecerán... con una sonrisa”

¡Aquí dejo una foto de una colaboradora sintiendo que su trabajo tiene sentido!